Cuando tienes un mal día…
Quizás sea estúpido de mi parte regresar a esta plataforma a descargarme de esta manera. Eso pensé antes de empezar a escribir, y luego recordé que este blog no solo tuvo la finalidad de darles a ustedes información más extensa sobre la crisis de los 30, sino también que funcionara a veces como un diario personal, porque cuando contamos algo desde el corazón, más de uno se puede identificar.
Hoy tuve un mal día, uno de los más atropellados del año.
Los días malos, sin embargo, me traen siempre algo bueno desde que me he hecho más consciente con el pasar de los años. Quiero decir que ya no soy tan impulsiva como antes, y por más que un sentimiento negativo me invada, evito reaccionar o tomar decisiones en ese momento.
Hoy pensé en insultar gente, enviar mensajes groseros y descargarme con el primero que se me atravesara. Pero dejé todo ese torbellino disiparse un poco dentro de mí, hasta que la conciencia y un estado de ánimo más calmado empezaron a eliminar esos impulsos salvajes, minuto tras minuto.
Tampoco voy a caer en la idea zen de que ahora los quiero a todos y soy tan noble que perdono sus erráticas y mal intencionadas formas de actuar, pero sí hay algo bueno que puedo sacar de toda la situación.
Hay personas que intentan quedar bien haciendo quedar mal a otras, y hoy me topé con dos que, desde que las conozco, pareciera que ese es su mantra.
Cuando la rabia me invadió no pensé muy claro, pero luego me llegó una frase a la cabeza que me cambió la perspectiva para todo y para siempre, de ahora en adelante:
Analiza a los personajes que te están generando la molestia: ¿son mejores personas que tú al actuar de esa manera? ¿Están trascendiendo más que tú en sus proyectos personales? O mejor, ¿tienen alguna aspiración en la vida más allá de conformarse y expresarse con malas intenciones de los demás?
Cuando me di cuenta de que todas las respuestas eran “no”, un alivio me invadió al punto en que toda la ira que acumulaba, se fue.
Y pese a que siempre estoy motivada y quiero hacer las cosas a la perfección, y hoy me sentí tan desmoralizada que no sé cómo encontrar el ánimo para seguir echándole ganas, estoy segura de que todo tendrá un mejor sabor mañana.
Cuando tienes un mal día…
Por: Melissa Pérez-Segnini
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Etiquetas: México 2021, tener un mal día
5 respuestas a “Cuando tienes un mal día…”
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Intenso!!!! Hot empecé el dia 10 point y termine en 2….jaja sera La entrada a la mitad del año? Sos buena persona eso se nota y siempre hay un gil que intenta esconder su mediocridad tirando tierra a los que no necesitamos de eso para estar bien. A la gilada ni cabidaa ! Te re banco Mel.. Mañana sera otro dia !
Puede ser la llegada de la mitad del año 🤣 ya ni sé. O mercurio retrógrado. Lo cierto es que nos toca seguir y echarle ganas pese a todo. Abrazo para ti
El ser humano puede llegar a creer que su día fue demasiado cansado, pesado, malo o hasta quizá un día negro, sin embargo muchas veces no nos percatamos que hemos tenido días peores y hemos salido a delante sin necesidad de sentirnos frustrados, muchas veces también depende de nosotros mismos de como dejamos que nos afecten las sircuntancias y como las actitudes de los demás nos hacen sentir miserables e incapaces de nada. Aunque es difícil a veces pero no debemos dejar que las malas energías nos hagan sentirnos mal y pasar un mal día.
Todo en esta vida tiene solución y aunque el día parezca no tener fin solo está compuesto de 24 horas de las cuales solo debemos decidir si ser feliz o no.
Suerte.
Entiendo mucho!
En días así, al final del día recuerdo mis bases, es cierto, las laborales, familiares etc., pero voy más allá, como persona, quien soy, cuales son mis prioridades, como quiero vivir… y la mayoría de las veces llego a la conclusión de que lo que pasó en el día realmente no tiene poder sobre ello, obvio, igual se pasa mal, pero saber que nadie puede tocar lo más profundo de mi persona, se siente seguro y ayuda a seguir los siguientes días, cada vez, un poco mejor.
Fuerza! Saludos de Paraguay.
Me encantó tu comentario y es muy cierto. Que nada toque nuestra esencia