Miedo. Te describes como una persona soñadora, una persona que anhela lograr sus objetivos. Tu principal impulso es tu familia y tú misma, y en el fondo de tu corazón sabes que cuentas con la facultad para alcanzar lo que te propongas.
Pero en ese mismo rinconcito albergas a un pequeño bandido llamado miedo, que te quiere robar y devorar las esperanzas… y lo dejas crecer, sin saber que te está carcomiendo lento, sin lastimarte físicamente, pero psicológicamente sí.
Entonces, comienza a abrirse una brecha donde se desbordan todas tus ilusiones: “No soy suficiente”, “no voy a poder”, “no va a ser exitoso”, y sigue el pequeño bandido haciendo de las suyas.
Para enfrentar el miedo lo único que se necesita es tomar la decisión, y en eso se nos puede ir la vida.
Debes saber que, sin portar ningún arma, solo requerirás de valentía para enfrentarlo, y esta se cosecha cuando entiendes que el no atreverte se traduce en quedarte entonces en un mismo lugar por siempre, en el que no habrá movimiento y por tanto, crecimiento.
Eso da más miedo que cerrar la brecha para rescatar las ambiciones con coraje.
Recuerda que los sueños siempre serán más grandes que el miedo, por más imponente que este sea, si tú así lo decides.
El monstruo siempre nos va a acompañar, porque es un mecanismo de protección que está permanentemente en el subconsciente.
Nunca dejes que se convierta en un magnate sediento de poder.
¡Apuesta a ganar, siempre..!
Por: Renata Pérez Segnini