En pleno siglo 21, las mujeres seguimos siendo vistas como un aparato reproductor en primera instancia, más allá de como un ser humano que puede decidir por dónde conducir su vida respecto a su reproducción.

Ante escenarios como fallas en métodos anticonceptivos, no tener posibilidades de criar por cualquier circunstancia, simplemente no querer ser madres o, más drásticos, ser víctimas de una violación y por consiguiente, de un embarazo no deseado, se convierte en una necesidad despenalizar el aborto, e incluso sacar de plano el tema del código penal y dejarlo solo como parte de la agenda de salud.

El tema sigue removiendo a toda la sociedad. A favor o en contra, pese a que ya en México se ha ordenado su despenalización en todo el país, desde la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el acceso sigue siendo restringido.

En una rueda de prensa para ProFemme, mujeres integrantes de grupos, instituciones y organizaciones dedicados a la defensa los derechos sexuales y reproductivos enumeraron 9 situaciones inaceptables en este tema, que a su consideración, hay que ponerles el foco para erradicarlas y lograr mayor libertad en lo que compete a tales derechos:

Aborto despenalizado, pero sin acceso

Hay 13 entidades mexicanas donde está despenalizado el aborto, pero eso no se traduce en acceso. Fernanda Castro, integrante del Grupo de Información en Reproducción Elegida (Gire), indicó en rueda de prensa para ProFemme que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y los hospitales públicos lo siguen negando o se enfrentan con otros escenarios como que no hay el medicamento, aunque exista y esté presente en la NOM 046, “sin importar si las mujeres son víctimas de violencia sexual médicos siguen negando el acceso al aborto”, expresó.

Falta de despenalización social

No hay estrategias para la despenalización social. Aunque existe en el tema jurídico, decir que abortaste genera un revuelto de sensaciones, puede que por la carga de nuestros ancestros. “Que el aborto esté en el código penal significa que una mujer no va a tener acceso, y no solo en términos médicos, sino también por el estigma social que produce un delito, pues el aborto aún se considera como tal”, explicó Castro.

Eso, inevitablemente hace que haya un montón de obstáculos sociales. Muchas mujeres no han podido elegir su maternidad por no poder preguntarlo siquiera. El aborto tiene que estar en la agenda de salud, no en el código penal.

El aborto underground

La coyuntura actual sigue siendo ver el aborto como algo underground, que tiene que ser tratado bajo el agua, que no puede estar incluido en el sistema público de cuidados, y en el caso de México, esto solo hablando de la Ciudad de México. Carmen Contreras, de la asociación feminista Balance, dijo que el acceso al aborto no forma parte de la agenda de los hospitales a nivel institucional.

Falta de información y acompañamiento

Además de que en algunos hospitales públicos no hay recursos para ayudar a las mujeres que quieren abortar, no se les explica todo lo que implica, cómo es, más allá de proporcionarles el medicamento.

“Las mujeres llegan con muchas dudas a la consulta y debemos explicarles que un aborto no tendrá repercusiones en su salud. Por los mitos, las mujeres no lo hacen tampoco y es inaceptable. Es nuestro trabajo informarles y darles una atención de calidad, un acompañamiento. El personal médico hombre debe sensibilizarse también en el tema, no solo deben hacerlo mujeres”, opinó la ginecóloga Fernanda Hernández.

Falta de educación de los médicos

En los currículos de los médicos, no hay una clase que te eduque sobre la atención integral de un aborto por decisión. No es casualidad, sino es causalidad, refirió Claudia Morales, de la Fundación MSI, un movimiento para que las mujeres de todo México reciban la ayuda que necesitan y puedan ejercer sus derechos sexuales y reproductivos.

Adolescentes sin acceso a la salud sexual y reproductiva

Según Fernanda López, de la Fundación Mexicana para la Planeación Familiar (Mexfam), el acceso para los adolescentes a la salud sexual y reproductiva es complicado, porque aunque está en la norma, no se lo facilitan, por ejemplo, al exigirles que deben ir acompañados por un mayor de edad para tomar ciertas decisiones.

“Hay una cartilla de derechos que es poco conocida. En las escuelas no se habla de ella. En algunas instituciones educativas me han dicho que puedo dar las pláticas, pero no se puede hablar de los derechos”, reveló López.

Además, añadió que existe una para personas con discapacidad, también desconocida, por lo que este grupo sigue en la invisibilidad.

La falta de confidencialidad

En poblaciones pequeñas, persiste el miedo para solicitar un aborto o informar que se va a iniciar la vida sexual, pues ocurre que algunos médicos comunitarios no mantienen el tema en confidencialidad. Así lo explicó Michelle Díaz, de la ONG Socialis AC.

Minimizar la importancia de la salud mental de los adolescentes

La sociedad carece de habilidades para ser redes de apoyo, dentro de la familia, para con los adolescentes y niños, por lo que se convierten en factores de riesgo, más que en una ayuda.

Las habilidades socioemocionales y la salud mental permiten que se puedan tomar decisiones. “Es importante que los niños y adolescentes aprendan a reconocerse como sujetos de derechos, porque si no tengo autoestima, autoconcepto, no reconozco que puedo tomar decisiones y no tengo habilidades emocionales, nunca han sido desarrolladas y, al contrario, han sido minimizadas por un mundo adultocéntrico, lo que desencadena temas como el suicidio”, indicó Díaz.

La desigualdad social

Carmen Contreras, de la asociación feminista Balance, recordó que la desigualdad social y territorial no permiten acceder al aborto como una práctica cotidiana y que solo se ha quedado en el papel.

“Los servicios médicos para un legrado deberían estar al alcance de nuestras necesidades, no solo económicas, sino de cercanía, de proximidad a nuestra casa y familias”, manifestó.

Por: Melissa Pérez-Segnini

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