Una ilustradora amante de las letras
Me llamo Melissa, soy venezolana y mexicana. Nací el 26 de agosto de 1989, en Valera, estado Trujillo. Para los entendidos, soy gocha pero también maracucha.
Al momento de elegir mi carrera universitaria estuve entre las aguas del Periodismo y del Diseño Gráfico para finalmente decantar por el primero. Amo las letras y soy una desquiciada de la buena ortografía. Sin embargo, la vena artística no murió en mí y mantuve como pasatiempo la ilustración.
Soy inmigrante en México desde 2016, un país que ha sido bondadoso conmigo y que, de hecho, ha sido clave para permitirme desarrollar este proyecto que ahora observas desde tu pantalla. Por eso y muchas razones más por las que amo este país, en 2020 me naturalicé mexicana.
Sobre mi esencia me encanta viajar, amo la playa, ver series de criminalística, duermo poco, deliro por el café, me enamoro de los intelectuales y buenos conversadores. Mi vida cambió cuando conocí el yoga, también soy músico oboísta, tuitera empedernida, perfeccionista, determinada, a veces insegura y muy soñadora.
Dibujante toda la vida
Cuando me preguntan cómo aprendí a dibujar, no tengo una respuesta. Lo he hecho desde siempre y lo recuerdo a partir de mi yo de 5 años, época en la que armé una carpeta con todas mis creaciones que está guardada en Venezuela junto a mis ilustraciones de adolescente, esperando por mí para cuando logre regresar.
La clave estuvo en la práctica, en no dejar de hacerlo nunca como pasa con la mayoría de las personas cuando empiezan a pisar suelo adulto. Creo que todos somos capaces de dibujar, pero que pocos mantenemos el hábito.
Entre rostros chuecos en blanco y negro, perspectivas un tanto desviadas y complicaciones para dibujar cuerpos proporcionados, me paseé e insistí hasta mejorar un tanto en ello. Sin embargo, me di cuenta que ser perfecta en este mundo definitivamente no sería mi fuerte.
Ilustro a mi estilo que aprendí a querer y a valorar con el tiempo, y que tanta gente aprecia con mi proyecto, Casi 30, junto a los mensajes que dejo de mis propias lecciones de vida, de mis amigas, conocidos y desconocidos, experiencias que son más comunes de lo que puedas imaginar…