Reflexión. Siempre había leído sobre el no apegarse al pasado, pero nunca había profundizado en ello. Cuando lo hice me di cuenta de que es cierto: De nada sirve estar aferrado a algo que ya fue y nunca más volverá, sobre todo en materia de amores.
Las parejas van y vienen, pero la esencia de uno siempre está ahí dispuesta a tratar de sobrevivir con los vestigios que van quedando de cada experiencia, sin saber que ellas nos servirán para no reincidir en los patrones y evitar caer en repeticiones. Y aunque a veces “metemos la pata” ignorando esa lección y solemos recaer, siempre hay algo o alguien que nos hace reaccionar, a veces oportunamente, otras no tanto.
Cuando tratamos de ser felices con lo que la vida nos brinda así no sea lo que deseamos, y nos conformamos con un “es lo que toca”, empezamos a caminar para atrás con el fin de traer de vuelta lo que en un momento determinado nos hizo felices.
Evocamos las relaciones en las que reímos y con las que anhelamos futuros ideales, sin saber que a la larga eso puede volverse algo pesado, una carga que no nos permitirá avanzar y con la que vamos a idealizar al mismo patrón con el que al final del cuento no fuimos felices. Así tenemos parejas parecidas y todavía nos atrevemos a preguntarnos: ¿Por qué no me llega alguien mejor?
Y aunque es inevitable borrar los recuerdos, lo que sí resulta saludable es agradecer lo que fue y dar paso a lo nuevo que puede llegar solo si depositamos toda nuestra energía en ello. Y este acto es muy fácil de lograr a través de un simple paso: Anhelando lo bueno, no esperando nada a cambio, aprendiendo del pasado y no obsesionarnos con él, y teniendo la certeza de que llegará algo o ese alguien que tanto deseamos.
Así, poco a poco, tomando reflexión de ello vamos dejando ese pasado y vamos disfrutando mejor del presente y de todo aquello que la vida está dispuesta a brindarnos. No hay que desesperarse, solo disfrutar y ocuparnos en lo que realmente deseamos para sentirnos plenos.
Esto es algo que solo aprenderás a aplicar no cuando estés en la línea delgada antes de llegar a los 30, porque no hay edad para eso, sino cuando tengas un conocimiento real de que lo que quedó atrás, ahí se queda.
Tú con frente en alto y con mucho estilo deberás caminar hacia adelante y decir adiós, no a lo que has hecho en la vida, sino a quienes dejaste atrás porque ya no son una parte importante de ti, o como se dice últimamente, ya no vibran a tu misma frecuencia.
Por eso insisto en que soltar nunca será tan fácil, pero sí necesario, porque cuando haces borrón y cuenta nueva no solo te renuevas, sino que activas todo tu ser a recibir y a ser una mejor versión de quien eres. Atrévete haz siempre la reflexión de esto.
Por: Gabriela Trujillo Prado
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