La menstruación sigue siendo tema tabú en el siglo 21 y esto proviene de la desinformación.
Según informa Quadratín en su portal, las mujeres se les ha dicho que, por su género, están destinadas a sentir dolor, como por ejemplo durante el periodo o en el parto. Además, culturalmente se le ha considerado a la menstruación como sucia, se dice que no puede hablarse de ella y mancharse es lo peor que les puede pasar en la vida.
Esto ha permeado en diversos ámbitos como la escuela, el trabajo y el hogar, y ha hecho que la mujer se sienta diferente e incluso discriminada.
Así lo explicó a Quadratín Thalía Luján, la fundadora de Querida Menstruación, quien indicó que la queja femenina de cada mes proviene de los miedos que se han generado alrededor de un proceso natural, que socialmente se ha decidido debe ser ocultado y dar vergüenza.
“Hasta los 10 y 11 años, niños y niñas tienen formas de empoderamiento como ver a los ojos, interrumpir una conversación, alzar los brazos, hacer poses de poder. Y cuando las niñas cumplen 12 años, que justo se relaciona con la llegada de su menstruación y los cambios corporales, se empiezan a hacer más chiquitas, a no mirar a los ojos, a no interrumpir sino dejar que las interrumpan”, relató la activista para ejemplificar cómo el tema afecta a la mujer desde la niñez.
Actualmente en algunos países se le sigue considerando a la mujer impura cuando está menstruando, entonces viven algo natural desde la culpa.
La desinformación ha causado muchos mitos y tabúes en torno a ella y eso es lo que les limita, desde que a las abuelas les vendieran las toallas sanitarias envueltas en una bolsa negra.
No conformes con ello, la ida del periodo menstrual también ha sido vista como negativa debido a que, hasta hace poco, era casi una obligación de la mujer tener hijos. Esa era su función vital y su poder estaba dentro de la familia, por lo que la menopausia, de alguna forma, la reducía.
Entonces, existe una desconexión de las mujeres con su ciclo que, además, solo se les presta atención a dos de las cuatro etapas: la menstruación cuando no quieren embarazarse, y la ovulación cuando desean quedar encintas.
“La menstruación es un signo de vitalidad, de que estamos saludables, podemos crear vida y cuidarla. Si llega de manera amable significa que lo estoy haciendo bien: que estoy comiendo bien y teniendo buenos hábitos. Cuando llega con dolor algo se está alterando, como los niveles de estrés, de descanso, de alimentación, de ejercicio, todo eso impacta y es la manera que tiene el cuerpo de hablarle a las mujeres”, indicó Luján, en exclusiva desde Monterrey, Nuevo León.
Entonces, sugiere que se aprenda a “bailar con el ciclo”, y esto es entender todas sus fases para sacarles provecho sin juzgarse como mujeres, porque hay implícito un ritmo de vida donde siempre deben sentirse perfectas, eficientes, energéticas cuando la realidad es que, en esos días del mes, las cosas no fluyen de la misma manera.
“Cuando estamos ovulando tenemos todas las energías, pero cuando estamos menstruando no, porque es un momento de pausa, de reflexión, de conexión con nosotras mismas y es cuando llegan las mejores ideas, aunque no haya energías para ejecutarlas”, explicó.
Por lo tanto, la mujer debe internalizar que es un proceso que le acompañará, por lo menos, la mitad de la vida, y lo más saludable es enfocar toda la energía femenina generada desde el útero, que es el órgano que indudablemente le identifica, que es creativo por naturaleza y no solo puede generar vida, sino también llevar a la mujer a potenciar todo para lograr sus sueños, por esto de hacerle creativa en esos “días del mes”.
“Hay que dejar de pelearse cada mes con el proceso y verlo como las cuatro estaciones del año. En otoño, las hojas de los árboles se caen y este no busca recogerlas y pegárselas. Lo mismo sucede con el periodo. Hay que dejar fluir porque llegará de nuevo la primavera. Son ciclos que no tenemos por qué sufrir”.
Por: Melissa Pérez-Segnini
Con información de Quadratín