Casi 30 por Melissa Segnini | Ilustradora

La necesidad de querer encajar… hasta en el amor

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A todos alguna vez nos ha pasado que queremos ir en contra de lo que debe fluir con normalidad. Querer encajar socialmente en grupos de amistades “cool” es casi una prioridad en la etapa de la adolescencia, pero cuando los años van pasando y las mitológicas mariposas en el estómago se van manifestando, se complica aún más la existencia, pues más allá de caerle bien a alguien, nos empezamos a complicar la vida para hacer hasta lo imposible por gustarle a alguien.

Y a veces sucede que ese personaje que tanto nos encanta probablemente no tenga ni la más remota intención de regalarnos unos minutos de su tiempo.

Ahí es cuando debemos pisar tierra, ser inteligentes (y esto aplica tanto para hombres como para mujeres), porque si algo he aprendido después de tantos plantones, despechos y una que otra lloradita fugaz, es que nada ni nadie merece que cambiemos o nos esforcemos por simplemente eso… gustarles.

Mucho se dice que el amor no se mendiga y, aunque es súper trillado, así es. No tenemos que forzar poses, actitudes, ni mucho menos atuendos, gustos musicales, ni rutinas por solo querernos parecer al otro o simplemente captar la atención de quien ni nos pela.

Eso solo demuestra que no nos conocemos ni sabemos lo que queremos, no solo en el amor, sino en la vida. No hay una regla que diga que socialmente tenemos que seguir unos pasos o cumplir ciertas normas para encajar en este tema…

Quien nos ame o el que nos guste debe conocernos con nuestras posturas, estilos de vida y demás defectos y virtudes. Y solo si el otro se muestra interesado es que debemos esforzarnos por que sepa quién realmente somos; de resto, no pierdan el tiempo.

Los días cada vez más pasan volando y con ellos muchas experiencias y oportunidades que perdemos por estar enfocados en algo que no nos conduce a nada. Así que amen su personalidad, su yo interno, externo con sus adyacencias y demás desembocaduras…

Luego, si están preparados, asuman el camino del amor en el que el otro será solo un acompañante, no un profesor que nos debe decir qué hacer o qué no… ya estamos grandecitos para eso.

En el amor no hay que encajar, solo hay que saber amarse a uno mismo y dejar que el mundo lo sepa. Eso es lo que realmente nos convierte en personas interesantes, atractivas y seguras que no se verán en la necesidad de tener que “caber” en algún sitio y menos en el que no tenemos espacio.

Amarse es la clave para todo. Inténtenlo y verán los sorprendentes resultados.

Por: Gabriela Trujillo Prado 

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