Ícono del sitio Casi 30 por Melissa Segnini | Ilustradora

Cuando tienes un mal día…

Cuando tienes un mal día...

Cuando tienes un mal día...

Quizás sea estúpido de mi parte regresar a esta plataforma a descargarme de esta manera. Eso pensé antes de empezar a escribir, y luego recordé que este blog no solo tuvo la finalidad de darles a ustedes información más extensa sobre la crisis de los 30, sino también que funcionara a veces como un diario personal, porque cuando contamos algo desde el corazón, más de uno se puede identificar.

Hoy tuve un mal día, uno de los más atropellados del año.

Los días malos, sin embargo, me traen siempre algo bueno desde que me he hecho más consciente con el pasar de los años. Quiero decir que ya no soy tan impulsiva como antes, y por más que un sentimiento negativo me invada, evito reaccionar o tomar decisiones en ese momento.

Hoy pensé en insultar gente, enviar mensajes groseros y descargarme con el primero que se me atravesara. Pero dejé todo ese torbellino disiparse un poco dentro de mí, hasta que la conciencia y un estado de ánimo más calmado empezaron a eliminar esos impulsos salvajes, minuto tras minuto.

Tampoco voy a caer en la idea zen de que ahora los quiero a todos y soy tan noble que perdono sus erráticas y mal intencionadas formas de actuar, pero sí hay algo bueno que puedo sacar de toda la situación.

Hay personas que intentan quedar bien haciendo quedar mal a otras, y hoy me topé con dos que, desde que las conozco, pareciera que ese es su mantra.

Cuando la rabia me invadió no pensé muy claro, pero luego me llegó una frase a la cabeza que me cambió la perspectiva para todo y para siempre, de ahora en adelante:

Analiza a los personajes que te están generando la molestia: ¿son mejores personas que tú al actuar de esa manera? ¿Están trascendiendo más que tú en sus proyectos personales? O mejor, ¿tienen alguna aspiración en la vida más allá de conformarse y expresarse con malas intenciones de los demás?

Cuando me di cuenta de que todas las respuestas eran “no”, un alivio me invadió al punto en que toda la ira que acumulaba, se fue.

Y pese a que siempre estoy motivada y quiero hacer las cosas a la perfección, y hoy me sentí tan desmoralizada que no sé cómo encontrar el ánimo para seguir echándole ganas, estoy segura de que todo tendrá un mejor sabor mañana.

Cuando tienes un mal día…

Por: Melissa Pérez-Segnini

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